En la creación de una empresa, los socios suelen ofrecer su trabajo como parte del aporte al capital. Pero esto puede generar desacuerdos.
Es muy común enfrentarse a situaciones en las que uno o varios socios que están formando una nueva empresa, proponen su “trabajo” como aporte a la sociedad. Esta cuestión, en algunos casos, implica desacuerdos entre los socios fundadores.
¿Cómo debe ser tratado el trabajo realizado por el socio, ya sea en la etapa de organización como en la etapa de desarrollo de un proyecto de inversión privado?
Trabajo como parte del capital
Este trabajo se puede tratar de diferentes maneras, obviamente, de común acuerdo. Y debería, además, quedar registrado en los estatutos de constitución de la sociedad. Es muy difícil cuantificar el trabajo como “aporte”.
Esta modalidad se conoce como una sociedad “en comandita”, en la que uno de los socios aporta el capital (socio capitalista) y otro el trabajo (socio gestor). No es una figura jurídica muy utilizada, precisamente por lo complejo que resulta su implementación y lo subjetivo que resulta llevar a la práctica.
El socio capitalista muchas veces se verá perjudicado por esta forma de aporte. Sin embargo éste, responde sólo hasta el monto de su aporte comprometido.
No obstante, el socio comanditario es el responsable legal por todas las obligaciones que adquiera la sociedad. De esta forma, el legislador pretende equilibrar un poco la balanza entre ambos tipos de socios, haciendo responsable ilimitadamente al socio gestor, disminuyendo de esta forma el riesgo de una administración irresponsable o fraudulenta.
¿Cómo valorizar el trabajo de los socios?
Entonces, ¿cómo valorizar o considerar el “trabajo” de uno o varios socios en un proyecto? Pues bien, en este artículo se proponen las siguientes modalidades:
- El trabajo inicial en la organización de la empresa. En donde algunos socios participen en las diferentes etapas de factibilidad (legal, organizacional, técnica, etc) o como diseñador, publicista, abogado etc. Se debe valorizar y cuantificar como parte del aporte del socio.
- El trabajo como parte del equipo de colaboradores en funciones operacionales o administrativas de alguno de los socios. Se debe considerar según valor de mercado y asignar un sueldo, ya que ese trabajo si no lo realiza él debería ser pagado a un tercero.
Ahora, ¿cómo se articula contablemente la cuantificación de estos trabajos como parte del capital?.
Una modalidad es valorizarlo hasta un momento de la vida del proyecto, considerando que cumple el valor de aporte acordado. Estos fondos no son pagados al socio, pero sí son respaldados con algún documento que acredite este gasto.
Sin embargo, hay otras sociedades en donde muchas veces la “IDEA” y conocimiento del negocio le pertenecen, casi en su totalidad, al socio gestor. Y éste se asigna un sueldo como retribución a su participación en la administración de la empresa.
Este dinero es retirado por él y respaldado con una liquidación de sueldos como corresponde. La particularidad es que en este caso la distribución de utilidades se acuerda en los estatutos y es independente del trabajo o sueldo que reciban los socios en la ejecución del proyecto.
Cuál sea la forma como se valorice el trabajo, el socio que aporta la mayor parte de capital debe estar totalmente convencido de esta modalidad y considerar que el riesgo lo está asumiendo él en mayor medida. Pero el tiempo y el trabajo lo está soportando el otro socio.
Errores de algunos emprendedores
Otro aspecto relacionado con este tema es el hecho de que muchos empresarios que trabajan en sus emprendimientos rara vez valorizan su trabajo y se asignan una remuneración.
Esto desde un punto de vista práctico es un error ya que esta subvaluando los gastos o costos de la compañía. Sin embargo otros, a pesar de estar conscientes de esta situación no dudan en realizarlo como una forma de apalancar la empresa hasta que esté en condiciones de pagar un sueldo. Esta última modalidad es totalmente válida, pero poco recomendable. Si es una empresa uni-personal podría funcionar sin dificultades.
De esta forma, todo el trabajo realizado por el socio gestor, ya sea al inicio o durante el desarrollo del proyecto, se va acumulando como un pasivo, el cual se ajustará contra su aporte por enterar en algún momento de la vida del proyecto.
Finalmente, el “trabajo” y el “conocimiento” deben ser valorizado y considerados cuantitativamente ya que es tanto o más importante que el recurso financiero y el riesgo aportado y soportado por el socio capitalista.
Infórmate sobre el curso “Herramientas para la Evaluación de Proyectos Privados” (a distancia) de Teleduc.