¿Vendes y aún así te falta dinero? La clave es controlar tu flujo de caja y toma mejores decisiones para que la liquidez no te juegue en contra.
¿Te has preguntado por qué, a pesar de estar vendiendo tus productos o servicios, como empresa o como profesional, llegas a fin de mes sin dinero o apenas con lo justo?
Imagina que participas de un proyecto por el que vas a recibir 10 millones de pesos y según tus cálculos eso representa una buena ganancia, pero… ¿qué pasa si el pago lo vas a recibir recién en 90 días?
Durante esos tres meses tu vida presentará necesidades que podrían llevarte a incurrir en gastos como, por ejemplo, alimentación, arriendo, servicios básicos, movilización, entre otros. ¿Y de dónde saldrá el dinero necesario para eso mientras esperas ese pago?
Rentabilidad vs liquidez: diferencia clave para el flujo de caja
Hablamos de rentabilidad para expresar cuánto “gana” un negocio como diferencia entre sus ingresos y sus gastos, pero eso no nos responde al “cuándo” ocurrirá la ganancia, por lo que incluso negocios multimillonarios a largo plazo pueden quebrar por no disponer de dinero ahora para cumplir sus obligaciones actuales.
Entonces, surge el concepto de liquidez como la capacidad para disponer de dinero efectivo o equivalente para cumplir con las obligaciones de pago a corto plazo. Es, por ejemplo, el dinero real que tienes en el banco, en tu caja fuerte… o en una caja de zapatos debajo de la cama. El dinero “en caja”.
¿Y cuánto tengo en caja?
Piensa en el flujo de caja como una radiografía diaria clave de tu dinero. No es más que un registro simple de todo el dinero que “entra” y todo el dinero que “sale” en un período determinado. Por ejemplo:
- Entradas de dinero: ventas contado, cobros de ventas a crédito, recepción de préstamos, cobro de algún sueldo u honorario, etc.
- Salidas de dinero: pagos de cualquier tipo que signifiquen disminuir tu dinero disponible como, por ejemplo, compras con tu tarjeta de débito, pagos en dinero efectivo, transferencias desde tu cuenta vista o cuenta corriente.
Y sí… Es cierto que muchas veces llevar el control del dinero puede parecer algo muy engorroso, pero no lo es. Sólo basta con empezar por algo muy simple, ya sea en un papel, en una planilla de cálculo o en alguna aplicación:
- Anota cuanto tienes al inicio. Tu “Saldo Inicial”
- Cada vez que recibas dinero, anota la fecha, el monto con signo positivo y el motivo por el que recibiste ese dinero, por si tuvieras dudas en el futuro y quisieras revisar.
- Cada vez que uses dinero, anota la fecha, el monto con signo negativo y el motivo por el que usaste ese dinero.
Registro para buenas decisiones
Con este simple registro, puedes sumar y restar los valores y saber con precisión cuanto dinero tienes disponible en cada momento. Así podrás ir tomando decisiones y para ir avanzando hacia cosas un poquito más avanzadas como separar cuánto de tu dinero está en el banco y cuánto en tu bolsillo en dinero físico, o para comenzar a estimar cuánto dinero esperas recibir y usar en los próximos días, semanas o meses, con lo cual ya estaríamos hablando de hacer presupuesto de flujo de caja.
Este es un ejercicio simple pero muy necesario para tomar consciencia de cómo “fluye” tu dinero y poder detectar oportunidades para reducir gastos, para aumentar ingresos, para invertir o para afrontar imprevistos. Además, puedes hacer tus registros en cualquier lugar usando tu teléfono para evitar que se te olvide o que se te acumule, como un hábito diario.
En resumen, el flujo de caja es clave. Es una herramienta muy simple que te permitirá rápidamente tomar mejores decisiones con tu dinero. Además, es la puerta de entrada al amplio mundo de la Contabilidad y las Finanzas, pudiendo entender mejor las decisiones del pasado para presupuestar el futuro que deseas.
Puedes conocer más sobre esta herramienta para utilizarla en tu negocio o en tus finanzas personales.
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