El autoconocimiento es clave en el liderazgo. El líder debe aprender a gestionar primero sus propias emociones, luego las del equipo.
Controlar las propias emociones no es tarea fácil. Menos aún gestionar las de un equipo. Quienes tienen el rol de liderar tienen la difícil misión de aprender a reconocer las emociones de cada persona. Todo con el gran objetivo de alcanzar las metas organizacionales, cuidando el bienestar. Es difícil, pero la buena noticia es que se puede desarrollar. La clave: «primero, yo».
En el programa “Inteligencia emocional para el liderazgo y el trabajo en equipo” les pido a quienes lo cursan que realicen un autoanálisis de sus propias emociones para optimizar las relaciones laborales. Parece algo sencillo, pero resulta complejo para la mayoría de los estudiantes. El motivo: les cuesta separar sus propias emociones de las de los demás integrantes.
Claro, la principal tarea de quien lidera el equipo es lograr que éste alcance las metas o tareas asignadas. Pero si quien está a la cabeza se preocupa primero del equipo, olvidándose de sí mismo, resulta imposible. Para que el equipo esté bien, quien guía debe estar bien. Desde esta antigua y cierta premisa es que insto a mis estudiantes a que, primero, comiencen a mirarse, y a reconocer cómo están, qué sienten bajo ciertas situaciones, qué síntomas les provocan.
El autoconocimiento es el primer paso para aprender a gestionar las propias emociones. La consecuencia natural de esa autogestión es que las relaciones interpersonales en el equipo, poco a poco, mejoran.
Inteligencia emocional: autoconocimiento y liderazgo
Hay distintas maneras de comenzar el maravilloso viaje hacia el interior de nuestro propio ser. El objetivo es identificar lo que sentimos en determinadas circunstancias, para hacer consciente aquello que pasamos por alto o evitamos pensar. Siempre hay temas referentes a nosotros mismos que preferimos dejar en el olvido. Como indica el psicólogo Andrés Carrillo en “Psicología y mente”, «cuanto más pronto nos atrevemos a revisar esos aspectos con un criterio objetivo, más cerca estaremos de lograr entender cómo nos sentimos».
En esta breve nota no pretendo abordar de manera exhaustiva las estrategias para el autoconocimiento y el liderazgo. Le confieso a mis queridos lectores que la siguiente lista explica algunas acciones concretas que, personalmente, me han resultado útiles para conocerme a mí misma:
- Un diario de emociones: parece algo infantil, pero no lo es; por el contrario, resulta en una excelente estrategia para anotar con sinceridad qué emociones sentimos. Escribir ayuda a sacar de sí la parte más inconsciente, lo que permite analizar qué es lo que nos sucede frente a ciertas situaciones.
- Mirarse al espejo: la metáfora del espejo es una especie de juego de rol contigo. Imagínate que frente a ti estás tú, y pregúntate: ¿cómo me sentí hoy? ¿Qué cosas sucedieron que me incomodaron? ¿Reaccioné mal en algún momento? ¿Por qué?
- Conversar con personas de confianza: si esto de la introspección se te dificulta, una forma de comenzar a conocerse puede ser observar cómo nos perciben. Entablar una conversación con familiares o amigos de confianza es una buena manera de tener una aproximación sobre cómo nos ven. Lo importante es que, lo que te digan, no lo tomes como un juicio ni te pongas a la defensiva. Sí, es difícil, pero tómalo como una oportunidad para autoevaluarte y mejorar; recuerda que quienes te dicen cómo te ven son personas que te quieren.
- Test de inteligencia emocional: en la misma línea del punto anterior, si pensar sobre ti te resulta complejo, un test puede ayudar a revelar aspectos sobre tu personalidad que se te dificulte objetivar. Hay varios test gratuitos en línea que te pueden ayudar a reconocer tanto tus puntos débiles como los fuertes de tu propia inteligencia emocional.
Si quieres ahondar más en otras técnicas para iniciarte en el autoconocimiento para el liderazgo, te recomiendo los siguientes sitios:
- En esta página de Unicef se explican otras formas de reconocer las emociones. Resultará especialmente útil para quienes tienen hijos o trabajan en el ámbito educacional, porque se abordan precisamente desde los niños, niñas y jóvenes (¡Y qué bien que las explican!).
- Y desde el management, en esta nota de Blanca Huarte-Mendicoa, en Harvard Deusto, sintetiza cómo gestionar las emociones, desde quien lidera hacia el equipo. Las emociones permiten la proyección de los sentimientos. No se pueden ahogar ni reprimir, sino expresarlas de manera adecuada para tener bienestar. Si yo estoy bien, entonces podré estar bien con los demás (y liderar de mejor manera a un equipo).
De esto se trata –de manera muy general–, el primer pilar de la inteligencia emocional, según el reconocido psicólogo estadounidense, Daniel Goleman: el autoconocimiento, que permite superar brechas en cuanto al propio manejo emocional. Y es el inicio para lograr relacionarnos de manera asertiva con las demás personas.
Recuerda: que pienses en ti primero no es egoísmo, es bienestar que comienza en ti para luego estar bien con los demás. ¡Éxito con tu introspección!
Infórmate sobre el curso “Inteligencia emocional para el liderazgo y el trabajo en equipo” (a distancia) de Teleduc.