Mercados emergentes, como los de Latinoamérica, tienen relaciones diversas y complejas con China más allá del plano económico.
Numerosas inversiones han subponderado su exposición a China debido al actual momento económico y financiero que vive el gigante asiático. Esto ha sido un fenómeno poco usual en la historia reciente (BofA, 2023).
Lo anterior ha llevado a preguntarse si es momento de dejar de lado a China como eje de conducción mundial, siguiendo a nuevos gigantes emergentes como son India o Brasil.
En este texto se argumentará la imposibilidad de ello, considerando la relevancia china a nivel político y económico, más allá de los retornos bursátiles.
En el contexto de los mercados financieros y la economía global, la República Popular China (o simplemente China) ha sido un jugador fundamental. De una forma creciente en las últimas cuatro décadas, la nación ha pasado a ocupar el segundo lugar en el PIB mundial, representando casi una quinta parte de este, siendo sólo superado por Estados Unidos (FMI, 2023).
¿Mercados emergentes con China o con India?
Sin embargo, sus últimos años han sido desastrosos en términos de retorno financiero. Si bien el mundo ha experimentado situaciones macroeconómicas y políticas anómalas, el 2023 se ha caracterizado por retornos sobre 20% en índices como el S&P500 y el Nikkei japonés. Además, las bolsas chinas como el Hang Seng (Hong Kong) y el Shanghai Composite han experimentado retornos negativos (Bloomberg, 2023).
De este modo, varios inversionistas han visto con especial atractivo la opción de dejar China y enfocarse en India, Brasil y México como los nuevos líderes del entorno emergente. No obstante, dejan varias nociones de lado.
Tal como señalan Bernal-Meza y Xing (2020), las relaciones de China con Latinoamérica son diversas y complejas, yendo mucho más allá del puro entorno económico, creando así una interconexión compleja entre mercados.
Relación con Latinoamérica
La relación entre China y los países latinoamericanos debe entenderse en un escenario de estrecha colaboración. Tal como exploraron Telías y Urdínez (2023). Evidencia de ello no son solo las relaciones comerciales que envuelve quizás la dimensión más superficial. Sino también una postura que ahonda en una relación financiera que incluye financiamiento de bancos a proyectos de infraestructura e incluso alianzas entre regiones.
Profundizando en lo anterior, es de suma importancia la colaboración realizada en fondos de desarrollo energético al momento de ejecución de proyectos, como también el fortalecimiento de la red de comercio internacional mediante la Franja y Ruta de la Seda.
Si bien existen dudas sobre la política de apertura impulsada por Xi Jin Ping, Pierotic (2023) argumenta que se encuentra dentro de los marcos del propio entendimiento chino. No es más que un cambio de retórica que obedece a un cambio en el liderazgo. No significa que la economía se vaya a cerrar al comercio internacional ni mucho menos.
Dos potencias
Más allá de lo puramente comercial, es clave considerar que China se encuentra enmarcado en una situación de antagonismo con Estados Unidos. Si bien ésta dista en muchas dimensiones de lo que fue el período de Guerra Fría experimentado con la Unión Soviética, si comparte elementos relacionados a la colaboración y “persuasión” de los países miembros. Ejemplo de ello es la participación de China y Brasil en el bloque BRICS.
En esencia, la existencia actual de China se entiende dentro de un mundo globalizado e interconectado, lo que mantiene a su vez limitados los aspectos que generan más contrastes. Un ejemplo de ello parece haber sido la visita de Xi a San Francisco en la cumbre de la APEC. Esto sería inédito en caso de ser un bloque imposible de unir.
Solo se puede entender a China con un portafolio o estrategia enfocada en mercados emergentes. Entre otros aspectos, porque comparte con ellos dimensiones económicas y sociales. Hay que considerar que mantiene una penetración indirecta. Posiblemente los índices bursátiles sigan volátiles ante las señales de estímulo o la ausencia de estas, pero el protagonismo que China ha alcanzado perdurará por varios años más.
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