Las operaciones triangulares están transformando el comercio exterior. Permiten a las empresas expandir sus horizontes de negocios.
En el competitivo mundo del comercio exterior, las operaciones triangulares emergen como una táctica innovadora que está cambiando las reglas del juego.
Las operaciones triangulares, también conocidas como cross trade en inglés, representan una estrategia comercial en la que una compañía adquiere productos en el extranjero para luego venderlos a otra empresa en un tercer país. Sin que la mercancía pase por el territorio aduanero del primer importador.
El beneficio obtenido radica en la diferencia entre el precio de compra y venta, abarcando en ambos extremos los costos de transporte, seguro, impuestos y trámites aduaneros.
Este modelo de operación es característico de las empresas denominadas traders o intermediarias en el ámbito del comercio internacional, y es completamente legal.
Cómo funcionan las operaciones triangulares en el comercio exterior
En una operación triangular participan, al menos, tres empresas emplazadas en diferentes países. La empresa A, que actúa como intermediaria, vende primero a C. Luego adquiere de B. La empresa B, ya sea como fabricante o distribuidor, realiza la venta a la empresa A. Por último, la empresa C, como compradora final, adquiere los productos de la empresa A.
Este esquema reduce el transporte entre el país del fabricante (B) y el país del comprador final (C). La empresa A adquiere de B para luego vender a C, fungiendo como intermediaria.
En resumen, participan tres países, tres empresas, se establecen dos contratos de compraventa y se realiza un solo transporte.
Sin embargo, existe otra modalidad de operación triangular en la cual una empresa exportadora adquiere componentes y productos complementarios en distintos mercados, ubicados en países distantes de su centro de producción.
Facturación en el proceso
En cuanto a la facturación, las facturas emitidas por la empresa intermediaria deben reemplazar, en general, a las generadas por la empresa fabricante. Es crucial asegurarse de que estas no lleguen a manos del comprador.
Los datos incluidos en la factura comercial de una operación triangular pueden ser similares a los de una operación directa, sin embargo, los montos no coincidirán, ya que el valor de venta desde la intermediaria hacia la compradora final es mayor que el de la venta directa por parte de la fabricante.
En cuanto a las formas de pago, estas dependerán en gran medida de la confianza mutua entre las partes involucradas. Esto abarca desde la seguridad en la capacidad de la empresa fabricante para suministrar la mercancía en los términos acordados, hasta la confianza en la capacidad de pago del comprador.
Finalmente, en caso de una alta confianza, se pueden establecer acuerdos de crédito con plazos de vencimiento similares. Preferiblemente con cobro por parte de la intermediaria, antes del pago al fabricante. Si no existe un historial de confianza entre las partes, lo más seguro es optar por una carta de crédito transferible.
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