A diferencia de la inteligencia artificial (IA), aprender a redactar nos ayuda a ordenar nuestro cerebro. No es solo escribir bien…
Les confieso que cuando leí este estudio de la revista Pediatrics, entendí muchas cosas: “los niños que sufren trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) son más propensos que sus pares a tener problemas de escritura, como mala ortografía y gramática”.
Yo soy periodista y tengo TDAH. Soy de esas personas que cuando chica (e incluso más grande) podía escribir la misma palabra con b y luego con v en el mismo texto y no me daba cuenta.
Me daba muchas vueltas para redactar una idea, escribiendo y borrando muchas veces, hasta que me vencía el aburrimiento y rezaba para que la profesora entendiera algo.
Sin embargo, a medida que fui creciendo, tuve la suerte de contar con verdaderos maestros que me ayudaron a ver la luz.
¿Fue la metodología? Sin duda ¿La madurez? También lo creo. Porque se sabe que la comunicación oral y escrita son parte de la inteligencia cristalizada y podemos seguir aprendiendo hasta que nuestro pelo se pone blanco y no leemos la letra tamaño 12.
Redactar sin IA para ordenar el cerebro
Con el avance de la inteligencia artificial, hoy en día la tarea de redactar se puede delegar a un computador. Esto disminuirá, en gran medida, la tortura de las personas con déficit de atención. Pero, si lo pensamos bien, la ayuda puede generar una consecuencia no deseada. Si Chat GPT o cualquier aplicación del estilo hace la tarea por nosotros, ¿cómo aprenderemos a ordenar la madeja que tenemos en el cerebro?
Aprender a redactar no es solo escribir bien… Es una herramienta de organización mental; es un medio para identificar lo que sentimos y así poder trasmitirlo; es un espacio de reflexión para detectar aquellos aspectos de nuestras relaciones que podemos mejorar, si es que cambiamos la forma de expresarnos.
Entonces, ¿desechamos la Inteligencia artificial? ¡No! Como dice el refrán: “Ni calvo ni con dos pelucas”. La inteligencia artificial puede ser una herramienta útil para asistir en la generación de contenido, pero es importante encontrar un equilibrio adecuado con el desarrollo de nuestras propias habilidades cognitivas.
Incluso el mismo Chat GPT reconoce que no se puede dejar en manos de la máquina esta competencia humana: “la escritura requiere un cierto nivel de organización y estructura. Al elaborar un texto, las personas deben pensar en cómo presentarán sus ideas de manera coherente y lógica. Esto puede ayudarles a desarrollar habilidades de pensamiento crítico y a tener una visión más clara de sus argumentos o narrativas”.
En resumen, es importante utilizar la inteligencia artificial como una herramienta complementaria en la generación de un texto, pero también es crucial desarrollar y mantener las habilidades de escritura propias, así como ejercer un juicio crítico y humano en la revisión y edición del contenido generado.
Ahora, lee nuevamente el párrafo anterior… ¿Te das cuenta de algo? ¿Todavía no? Porque esas competencias son justamente las que nos van a distinguir de los robots… Al menos por un tiempo, ¿o no?
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