La ética nos da herramientas de análisis para determinar cuándo una acción es incorrecta o abusiva en el ámbito laboral.
Muchos trabajadores experimentan situaciones desafortunadas en sus trabajos. Abusos de personas de una jerarquía más alta, desacuerdos y roces con compañeros o simples malentendidos. Sin embargo, cuando estas situaciones ocurren, muchos colaboradores experimentan dificultades para articular y argumentar por qué resultan incorrectas ciertas situaciones que viven.
Un estudio breve y eficiente de la ética laboral puede otorgar a muchos trabajadores un vocabulario y herramientas conceptuales para poder argumentar por qué una cierta situación que están viviendo es inadecuada e inmoral.
Al mismo tiempo, permite a los empleadores y también a los equipos legales y psicológicos determinar con mayor precisión e intervenir con más efectividad en situaciones de conflictos.
Ética, ámbito laboral y emociones
La ética laboral permite identificar con claridad a los responsables de una falta, teniendo en cuenta si los fines, los medios y las circunstancias de una acción son buenos o malos. Permite a los implicados argumentar sobre un conflicto desde parámetros objetivos y no solo desde percepciones personales.
Todo esto agiliza de una manera considerable la resolución de conflictos en las que una intervención sicológica no es suficiente y donde tampoco se ha escalado a lo legal todavía.
El curso de Desarrollo Humano y Ética en el Ámbito Laboral, precisamente entrega herramientas fundamentales que permiten a los usuarios obtener un conocimiento ético sofisticado. Además, ejercita a los estudiantes en el análisis de dilemas morales concretos y no solo a memorizar contenidos.
En el competitivo mundo contemporáneo, pareciera que el ámbito laboral se reduce al desarrollo y posesión de competencias específicas y su aplicación en un cierto ámbito productivo o de interés público. Es decir, que alguien, un equipo o una organización cuente con servicios y con profesionales con habilidades específicas. Necesito de un traumatólogo y un kinesiólogo si me duele la rodilla; a un publicista si la empresa necesita llevar a cabo una estrategia de marketing; a un psicólogo o a un profesional de recursos humanos para la selección de personal, etcétera.
En este sentido, los diversos profesionales y empleadores parecieran centrarse exclusivamente en la especialización y la eficiencia de los trabajadores. Sin embargo, los seres humanos no somos los meros engranajes eficientes de una máquina, sino que somos también seres emocionales y sociales, que experimentan frustraciones y desacuerdos. Es por esto que cada trabajo posee también un ambiente laboral: cuando ese ambiente laboral es bueno, sus miembros establecen relaciones interpersonales respetuosas y cordiales, incluso se producen relaciones fraternas y cercanas.
Aun así hay muchas ocasiones en las que dentro del ambiente laboral se producen roces y desacuerdos relevantes. No solo eso, muchas veces también ocurren situaciones derechamente injustas o abusivas. Usualmente, para la resolución de estas situaciones los empleadores cuentan con equipos de asesoría legal y equipos de psicólogos especialistas en ambiente laboral. Pero hay algunas razones por los cuales estos dos enfoques podrían no ser siempre óptimos.
Existen muchas situaciones de conflictos que no escalan los suficiente como para tener relevancia legal o jurídica, por lo cual un abogado no podría intervenir. Por otro lado, también existen situaciones que más que una mediación de tipo sicológico, simplemente requieren de un análisis de las implicancias morales del conflicto.
Es aquí donde la ética se muestra como un enfoque complementario y necesario. La ética consiste en el análisis filosófico de la acción humana, lo que de entrada suena extremadamente complejo y quizás muy abstracto. Sin embargo, la ética aplicada tiene uso para situaciones concretas y es sumamente útil para identificar y resolver rápidamente dilemas morales, como en el caso de la ética laboral.
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