Ya que las personas no denuncian el acoso laboral, es vital que las instituciones desarrollen una cultura organizacional contra este mal.
Más de 2.800 personas denunciaron acoso laboral en la Dirección del Trabajo (DT) entre 2021 y 2022. Según los datos recopilados por el organismo público, el 64% de quienes denuncian estas conductas violentas correspondieron a mujeres.
Los tipos de acoso más denunciados son los que afectan la integridad psíquica y física de las víctimas, así como su honra y a sus familias.
El objetivo del acosador laboral es minar la moral de la víctima, destrozarla psicológicamente para lograr finalmente que abandone la organización o que quede recluida y aislada en ella.
Las víctimas de acoso, a menudo, encuentran problemas para defenderse durante el desarrollo del proceso, lo que implica una diferencia de poder, que puede ser real o percibido, entre las partes.
Las personas no denuncian el acoso
Lo(a)s funcionario(a)s no denuncian el acoso laboral porque no existe confianza en la institución (pública y/o privada). Por lo tanto, no sirven de nada las campañas, los códigos de ética y las normas internas, si al existir el problema las jefaturas y/o autoridades no hacen nada. Peor aún, si se minimizan estas conductas.
Un informe del Servicio Civil y el Ministerio de la Mujer, señaló en el año 2020, que el sector público arrojaba 1.288 denuncias formales de acoso. Estas se distribuyeron de la siguiente forma: acoso laboral (46,6%), maltrato laboral (42,1%) y acoso sexual (11,3%). En su mayoría (72,6% de los casos) fueron presentadas por mujeres.
A nivel mundial, la Organización Internacional del Trabajo y la empresa Gallup realizaron un estudio donde revelaron que “uno de cada cinco empleados sufre violencia o acoso laboral”.
El 8,5% (277 millones de personas) de los colaboradores declararon haber sufrido violencia física y acoso en su vida laboral. Esta encuesta se realizó a mil trabajadores por país, en más de 121 naciones o territorios (2021).
Pero hubo encuestados que no compartieron sus experiencias. Un 55% creía que hablar de ello habría sido una “pérdida de tiempo”. Un 44,5%, señaló “temer por la propia reputación”.
¿Qué podemos hacer?
El lugar de trabajo seguro es una responsabilidad compartida. Por esta razón, es vital que las instituciones públicas y privadas, capaciten a los y las trabajadores y funcionario(a)s, para el desarrollo de una cultura organizacional contra el abuso. Del tipo que sea, con una comunicación clara y frecuente de cómo denunciar. Para ayudar a concientizar, en espacios de la cultura formal e informal de la organización.
Entonces, qué podemos hacer ante la pregunta: ¿por qué las personas no denuncian en sus organizaciones?. Te proponemos redactar políticas institucionales y comprometidas. Y capacitar en formaciones que generen más conciencia de este conflicto.
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