La nueva Política Nacional de la Lectura, el Libro y las Bibliotecas restringe la participación de niños, niñas y adolescentes (NNA).
A inicios de abril de 2023, y en el marco del mes del libro, se lanzó la Política Nacional de la Lectura, el Libro y las Bibliotecas. Esta busca democratizar el acceso, la producción y difusión del libro, la lectura y las bibliotecas para el actual quinquenio.
Buena parte de los miembros de la sociedad civil pudimos ser partícipes de su proceso. Entre otros actores estuvieron los gremios del libro y la lectura, y los profesionales de las bibliotecas.
Durante el trabajo de articulación reflexionamos sobre los alcances y los resultados de la política anterior y proyectamos miradas para la construcción conjunta de una nueva política. Esta incluía, por primera vez, a las bibliotecas en su título, otorgándoles un espacio central dentro del circuito del libro y la lectura.
Ahora bien, aunque el diseño de esta nueva política se estableció claramente con un enfoque democrático, participativo e intersectorial, se observan omisiones, ya que no se consideró la participación de niños, niñas y adolescentes (NNA) en su construcción y debate.
Política de Lectura y participación de NNA
La política en sí misma presenta una perspectiva adultocéntrica en su discurso. Todas las medidas dirigidas a NNA son diseñadas, ejecutadas y supervisadas por instituciones gubernamentales que piensan la política desde arriba hacia abajo, como suele ocurrir. Este aspecto debe ser ampliamente revisado y cotejado con los convenios, tratados y legislación vigente en Chile, para observar cómo la política tributa al enfoque de derechos que propone en sí misma.
En particular, la participación de NNA en el ámbito del libro y la lectura es una necesidad planteada por las y los estudiantes y tiene larga data. Se puede observar en aspectos que parecieran ser fútiles, como la selección de lecturas domiciliarias en el contexto escolar.
Sin embargo, podemos observar que el garante principal, el Estado, vulnera constantemente la participación. Y pareciera ser esta una vulneración sistemática, como menciona el Informe de la Defensoría de la Niñez (2021).
Incluso, la escuela como garante del derecho a la participación (Artículos 12 y 13, CDN, 1989) la ha históricamente vulnerado. Esto se observa en los Lineamientos pedagógicos basados en la encuesta de percepción de la lectura (2021).
Política anterior y NNA
La política anterior (2015-2020) nació durante el segundo gobierno de la presidenta Michelle Bachelet. En su programa de gobierno de 2013 señalaba: “Crearemos el Plan Nacional de Lectura y una Política Nacional del Libro que haga de Chile un país de lectores y lectoras desde la primera infancia”.
No obstante, a pesar de aquel impulso presidencial con foco en la niñez, el desarrollo de la política en el quinquenio pasado presentó un enfoque vinculado más al acceso a espacios y materiales de lectura que a estrategias para lograr un país de lectores y lectoras (ver Memoria de Gestión. Política Nacional de la Lectura y el Libro 2015-2020, Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, 2021).
Así, se hace urgente movilizar las percepciones que se tienen sobre la participación infantil y juvenil en materias que les son de su interés, ya que -como podemos observar- las políticas públicas no les han tomado en consideración.
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