Existen modelos que, basándose en el storytelling, permiten realizar presentaciones atractivas y captar la atención de las personas.
Cristián lo pasa mal cada vez que tiene que hacer una presentación en su trabajo. Y no es por las típicas razones, ya que conoce los temas a la perfección. No es tímido ni tiene pánico escénico. Simplemente, se da cuenta de que las personas se aburren, y eso le provoca frustración y un poco de ansiedad.
Ha escuchado hablar del storytelling, una herramienta que consiste en contar historias usando técnicas inspiradas en escritores y guionistas para transmitir un mensaje de forma inolvidable. Pero Cristián está seguro de que este modelo no es la solución a su problema. “A mí no me pagan por contar cuentos”, piensa. “Mi trabajo consiste en presentar resultados financieros y proyectos complejos. No me imagino cómo eso puede encajar en el formato del storytelling”.
Presentaciones que captan la atención de las personas
Lo que Cristián no sabe es que hay distintos modelos que, basándose en el storytelling, han sido adaptados para hacer presentaciones atractivas en el mundo de los negocios.
Uno de ellos, es la que creó Bárbara Minto, quien trabajaba en la consultora McKinsey.
Ella notó que sus clientes se aburrían con las típicas presentaciones que van de lo general a lo particular. Y, tomando la técnica del storytelling, inventó un modelo al que llamó Principio de la Pirámide. La clave es situar el problema al inicio de la presentación, desatando una serie de preguntas que se van respondiendo en el relato.
Minto sugiere que “las ideas por escrito siempre deben formar una pirámide bajo un solo pensamiento”. Se parece a lo que ocurre con los icebergs: se muestra lo más relevante al principio y, si la persona quiere profundizar, se responden las preguntas que están bajo el agua.
Esta técnica contiene 4 pasos:
Situación: en la situación se mencionan un par de datos relevantes para entender el contexto. Los buenos escritores realizan una descripción corta, creando imágenes mentales en los lectores
Problema: ¿cuál es el factor que causa el problema o la oportunidad?
Pregunta: la pregunta debería extenderse lógicamente desde el problema. Es importante plantear la pregunta para resaltar la solución.
Solución: es la recomendación que soluciona el problema y asegura que la historia tenga un final feliz. Una buena forma de agregar urgencia a la solución es responder a las preguntas: ¿qué pasaría si no actuamos?, ¿qué pasaría si actuamos?
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